lunes, 8 de julio de 2013

Grupo jóven de diálogo interreligioso

Existe desde hace bastante tiempo el grupo de jóvenes de diálogo interreligioso. En él nos dedicamos a hablar, compartir i opinar de manera abierta y amena acerca de nuestras inquietudes espirituales de la actualidad, es decir, de qué manera vivimos nuestra fe y cómo la afrontamos en el día a día.
Aparte de todas esas cosas hacemos mucho más. También celebramos festividades típicas de cada religión o en el caso que nos concierne, conferencias.
El 28 de junio de 2013 tuvo lugar en la tienda de productos ecológicos y de comercio justo ubicada en la calle Mallorca 330 una serie de conferencias, cuyo tiempo era escueto, acerca de las diferentes miradas y ramas que posee la religión judía.
Sus ponientes fueron Hagay Haim y Víctor Sorenssen. Ambos expertos en estas materias. Tanto Hagay Haim como Víctor Sorenssen trabajan desde hace mucho tiempo para la difusión y la adaptación en nuestra sociedad de la cultura judía. Y como no la colaboración y mano organizadora de Verónica Sartore.
Durante el tiempo en que las conferencias tuvieron lugar pudimos apreciar que la sabiduría de nuestros ponientes acerca de la materia se quedó corta. Se habló de las diferencias que hay entre el judaísmo como pueblo, es decir, de las diferentes etnias que existen como los sefarditas, los askenazis, y los mizrahis ya que entre ellas dentro del estado de Israel no son aceptados del mismo modo. Una muestra de ello es el racismo dentro de las mismas etnias ya que en un colegio de enseñanza primaria pueden haber polémicas del porqué mezclan a niños de tendencia sefardí y niños askenazis.
Otro tema que tuvo lugar fue las ramas existentes que hay en el judaísmo. De hecho, se pudo escuchar que en el siglo XVII surgió el judaísmo laico y que a partir de entonces surgieron las ramas laicas y reformistas dentro del mismo. Lo que quiere decir con eso es que cada rama de la religión vive las tradiciones de un modo u otro.
Para concluir, hay que decir que el judaísmo es abierto, plural y diverso con lo que se pueden encontrar virtudes y defectos dentro de una de las ramas existentes. En resumen, un pueblo lleno de historia donde los haya.


domingo, 10 de febrero de 2013

Aunque sea un poco tardío, pienso que los supervivientes merecen todo el respeto de este mundo y desde Judaísmo, creencia y saber lo hacemos gustosamente.

Por ello, recordaremos el día mundial de la shoá o holocausto.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Hubo un día en que escuché la siguiente máxima: “si lees conducirás, si no lees serás conducido”. Esto me hizo pensar y a partir de entonces la afición a la lectura se incrementó notablemente.
Por ello es considerable recomendar los siguientes libros:

El último judío de Noah Gordon. Esta obra literaria trata sobre la persecución a manos del santo oficio de los judíos sefardíes que vivían en la península. Concretamente, se basa en los diferentes obstáculos a los que se tuvo que enfrentar Yonah Toledano para poder estar a salvo  y vivir en España, después de que gran parte de su familia fuera asesinada o exiliada.
Por ende, es una obra maestra y sin duda alguna uno de los mejores libros de tan emérito autor.

Si esto es un hombre de Primo Levi. Este autor tiene una breve extensión en cuanto a obra literaria se refiere. No obstante, escribe con una sensibilidad y una humanidad propia del que ha vivido aquello que narra. En este libro podemos ver el encrudecedor testimonio de lo que fue la Shoá explicado con dosis de realismo pero también con dosis de cierto humor.

lunes, 17 de septiembre de 2012


Este vídeo va dedicado a tan grande fiesta como lo es Rosh Hashaná o año nuevo judío. Desde esta plataforma y desde el respeto, deseamos a todos aquellos un feliz año 5773.

Para los judíos del mundo y que seamos muchos más!!

miércoles, 29 de agosto de 2012

El santo oficio



Estas imágenes solamente son una breve demostración de la capacidad criminal y torturadora que profesaba el santo oficio o inquisición.
La verdad, no podemos imaginar las miles de personas que han perecido bajo su yugo.

Raíces desterradas y antisemitismo cristiano


Es muy común escuchar ciertos vocablos de nuestra lengua usados en los ambientes más coloquiales, donde nos dejamos llevar por la confianza que tenemos a nuestros interlocutores.

Entre estos vocablos podemos encontrar “mira que eres judío” haciendo referencia a un acto de querer estafar o dar mal el cambio cuando se hace una compra; “usurero”, haciendo también referencia a una mala imagen preconcebida acerca de los judíos. A pesar de eso, no solamente tenemos esos prejuicios en forma de palabra dentro de nuestra psique, sino que tenemos además, cierta visión sobre dicho pueblo. Una de esas imágenes corresponde a los dibujos animados cuando dibujan a un judío con su respectivo vestuario o bien con una nariz aguileña, morenos y con ciertos gestos.



Si hacemos un salto hacia atrás en el tiempo, podemos ver que pocas cosas han cambiado. Y como un cuento, empezaremos a desmenuzar el porqué del antisemitismo y el desconocimiento de la cultura hebrea que hay en España.

En primer lugar, a lo largo de toda la edad media española late un sentimiento antisemita que da comienzo a las persecuciones dentro de las aljamas. El origen del sentimiento antisemita tiene una doble motivación: económica y religiosa. Se acusaba a los judíos de practicar la usura y de ser el pueblo deicida, es decir, de haber matado a la encarnación de Dios Jesucristo.

En cuanto a sus creencias religiosas, se les acusaba de terquedad por no haberse convertido a la verdadera fe.

Tiempo después, entre los años 1370 y 1391 hubieron disturbios en Mallorca, Gerona, Perpiñán y Barcelona. Uno de estos hechos se produjo en Sevilla cuando Ferrand Martínez comenzó a predicar contra los judíos. Sus sermones atizaron el fuego del odio popular. Las sinagogas y el barrio judío quedaron destruidos.

No obstante, fue a principios del siglo XV que surge en Valencia la figura del fraile dominico Vicente Ferrer, quien con sus sermones contra los hebreos provocó nuevas reacciones de odio popular. En sus viajes de predicador consagró muchas sinagogas como iglesias cristianas y realizó numerosas conversiones.

En segundo lugar, hay que considerar que en esos tiempos había una crisis económica causada por la carestía de alimentos y las diversas guerras entre los nobles y reyes de los distintos territorios de la península y por lo tanto, se acusaba a los judíos de dichos males como cabezas de turco.

Por ende, hay que tener claro que debemos fragmentar varias de las causas que definitivamente dan lugar al antisemitismo que había en los reinos cristianos respecto al pueblo hebreo. He aquí la lectura de las siguientes:

LOS CONVERSOS, LOS MARRANOS Y LOS CRISTIANOS NUEVOS
Una de tantas consecuencias que tuvo el antisemitismo en este país fue el hecho de las conversiones, la mayoría de ellas forzosas y bajo el símbolo de la cruz. Todo ello se debe a que su existencia fue uno de los problemas más graves entre los siglos XIV y XVIII.
Los conversos eran más odiados por los propios cristianos que los propios judíos. Se les acusaba de convertirse por conveniencia, de permanecer fieles a su fe mosaica y de actuar con prepotencia que antes al estar protegidos por un nombre cristiano. Para los cristianos todo converso era sospechoso de judaizar. La mayor parte de ellos se convertían para ponerse a salvo de los motines y la violencia de los cristianos. En cambio, aquellos que pertenecían a la corte lo hacían para conservar su posición social y sus puestos en la administración.

Es evidente, que después de estos razonamientos, para los judíos existiesen dos clases de conversos: los Anusim y los Mesumad. Los primeros eran aquellos que se habían convertido a la fuerza y que seguían actuando de corazón como verdaderos judíos. Los segundos eran aquellos que se convirtieron de manera voluntaria y sincera.
A los mesumad se les negaba el trato y se les temía por su colaboración en la persecución de los anusim y de los judíos. Cabe decir una gran parte de los conversos pertenecían a los falsos conversos y a los anusim para los judíos. En la vida privada actuaban como fieles judíos ya que eran fáciles de reconocer porque continuaban ejerciendo los mismos oficios y sus formas de vida no habían cambiado.

LOS REYES CATÓLICOS Y LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
Al subir al trono los reyes católicos empieza un periodo importante de la historia de España. Una vez instalados en el poder, inician la tarea de reorganizar el reino en todos los ámbitos.
El problema principal al cual tuvieron que enfrentar fue la cuestión judía y, sobre todo, la de los conversos.
Su actitud no obedecía a posturas personales, sino que estuvo motivada por la necesidad de encontrar soluciones a un problema político. Los disturbios y los conflictos entre cristianos nuevos y viejos eran continuos.
Todo y que había conflictos, se mostraban tolerantes con los judíos; respetaron su presencia aunque bajo control.

Sin embargo, pronto se impuso la opinión de que la solución del problema de los conversos judaizantes tenía que ir acompañada de la expulsión de los judíos.
Los reyes católicos hicieron eco de las sucesivas peticiones sobre la creación de un tribunal de inquisición especial para los conversos. Tras una serie de negociaciones con el pontífice sixto IV, obtuvieron en 1478, la autorización para crear la inquisición en Castilla, que debía servir para fortalecer el catolicismo y combatir la herejía.
Este nuevo tribunal se fue estableciendo en las principales ciudades del reino y no tenía relación alguna con los antiguos tribunales inquisitoriales medievales (dependencia del papa y los estados pontificios). Éstos últimos fueron puestos bajo autoridad de la corona y adaptados en todo a la nueva inquisición.
Así quedó constituida la nueva jurisdicción que habría de imponer un régimen de terror sobre toda la población conversa. El acusado no sabía ni quien le acusaba ni de que se le acusaba; los interrogatorios se practicaban bajo tortura; y la confiscación de los bienes y las multas eran frecuentes.
Las condenas variaban según la importancia del delito y la actitud del acusado. Si se arrepentían había penas menores, como la de llevar el hábito llamado sanbenito. En caso de mantenerse en su fe, el acusado era condenado a morir en la hoguera.

La inquisición fue especialmente dura con los conversos más humildes. La tolerancia política respecto a la existencia de comunidades judías en España terminó por desaparecer dentro de este ambiente.
Terminada la conquista del reino de Granada, el 31 de marzo de 1492 se promulgó el decreto de expulsión, aunque no se hizo público hasta el mes de mayo. Los judíos tenían que abandonar el país en el plazo de tres meses, llevando consigo a sus familias y criados. Podían vender sus bienes, pero les estaba prohibido sacar del país joyas o piedras preciosas.
A fines del mes de mayo comenzó el éxodo de los judíos españoles, que transcurrió por regla general de modo tranquilo y ordenado. Las sinagogas, los cementerios, las escuelas y el resto de sus bienes públicos fueron confiscados y declarados propiedad del tesoro real.
El decreto de expulsión estuvo acompañado por una serie de campañas de predicación llevadas a cabo por frailes.
La expulsión de los judíos fue un acontecimiento sin igual en toda la historia medieval española, y tuvo más renombre que las expulsiones de Francia o Inglaterra.
Si hablamos de demografía, la población judía española era muy importante, tanto por su número como por su grado de participación en la vida social y en la economía de los reinos cristianos. El único Estado que les recibió con los brazos abiertos fue el imperio turco (otomano), que a la sazón se encontraba en pleno apogeo social, político y económico. También por motivos religiosos ya que entre el cristianismo y el islam existe una animadversión.
En julio de 1492 terminó el éxodo con la salida del último judío de España.
Para concluir el artículo, hace falta hacernos unas cuantas preguntas. ¿qué habría pasado si no hubiese habido tal expulsión?. ¿El antisemitismo es una ideología o más bien un modo de comportamiento?.
Las respuestas que puedo dar después de un largo tiempo de reflexión son las siguientes: en el caso que no hubiera habido expulsión y por lo tanto no hubiese habido discursos judeofóbicos, quizá nos ubicaríamos en el único país de Europa donde conviven tres religiones monoteístas, con un gran número de creyentes y dos de ellas provenientes de la misma matriz por largos siglos.
Otra reflexión utópica podría ser la de una nueva España, más moderna, donde sus habitantes adorarían más el obtener conocimiento y sobre todo, estaríamos en un país mucho más avanzado.
La prueba de ello la encontramos en el moderno Estado de Israel.
Fuente: López, Ibor, M: Los judíos en España. ed Anaya, Madrid, 1990